De los silos a la reforma sistémica: la estrategia del Sistema Nacional de Vivienda de Malta.
Malta ha adoptado recientemente una nueva visión para el desarrollo de la política de vivienda. Para ello ha sido fundamental adoptar un enfoque culturalmente sensible, que refleje las nuevas realidades que han traído el progreso económico, la migración y las nuevas tendencias de formación de hogares. Esta perspectiva subraya el valor de las relaciones sociales en los hogares y los barrios, así como la importancia de la gobernanza participativa para dar cabida a una población multiétnica y heterogénea.
En agosto de 2020, el Ministerio para el Alojamiento Social lanzó su primera estrategia del Sistema Nacional de Vivienda. Esto siguió al trabajo de 2018 de la Secretaría Parlamentaria para el Alojamiento Social, que buscaba diversificar el mercado de la vivienda utilizando objetivos a corto, medio y largo plazo. Estos incluían la regulación del sector privado de alquiler, el desarrollo de viviendas asequibles y los programas de vivienda especializados que regeneran las propiedades abandonadas o en mal estado. La estrategia se aleja de un enfoque fragmentado y burocrático y sitúa el bienestar humano en el centro de la política de vivienda y del entorno construido. Esto se logrará a través de múltiples vías para la vivienda, incluyendo iniciativas financieras innovadoras, la reestructuración de las prestaciones de vivienda y mejoras en la seguridad de la tenencia.
Resulta interesante que se haya desarrollado un enfoque «basado en proyectos» para dar cabida a las diferentes estructuras domésticas y familiares creadas por los rápidos cambios sociales y económicos. En este proceso, los concursos de diseño conectan e integran el entorno social y construido y los elementos de prestación de servicios de la estrategia a través de un proceso en dos fases: (a) Se hace una convocatoria abierta a organizaciones no gubernamentales (ONG), proyectos dirigidos por la comunidad, organizaciones religiosas, fideicomisos de tierras comunitarias y cooperativas de vivienda para que presenten propuestas; (b) Se hace una convocatoria abierta a todos los arquitectos y estudios de arquitectura independientes para que participen en un concurso internacional de diseño que responda a propuestas basadas en la comunidad.
En el caso de los proyectos que implican talleres entre las ONG, los arquitectos y la comunidad, la dimensión social se incorpora en la fase de investigación. En este proceso también se han establecido nuevas colaboraciones entre la Cámara de Arquitectos e Ingenieros Civiles, la Autoridad de la Vivienda y el Ministerio de Alojamiento Social. La evaluación posterior a la implementación garantiza el cumplimiento de un requisito de «valor social», y el seguimiento continuo asegura el mantenimiento de los objetivos sociales. La evaluación también sirve de base para futuros programas y proyectos.
En este proyecto se ha puesto en marcha una política de vivienda intergeneracional que no solo busca ampliar el acceso a la vivienda temporal, sino que también responde a problemas típicos en los mayores como la soledad y el aislamiento. A través de una aplicación de teléfono móvil, el programa pone en contacto a jóvenes adultos que necesitan temporalmente una habitación con personas mayores que aún viven en sus casas familiares de origen con habitaciones libres. Este proyecto muestra el potencial de los usos alternativos de las tecnologías de la información para generar conexiones intergeneracionales en materia de vivienda asequible.