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El Gobierno danés gastará 30.000 millones de coronas danesas (4.000 millones de euros) en renovaciones ecológicas en el sector de la vivienda social como primer paso hacia la recuperación ecológica. El programa pretende elevar el nivel de las viviendas más antiguas para que alcancen los estándares energéticos contemporáneos, aislando las paredes exteriores, los tejados y los techos, y sustituyendo las viejas ventanas por otras energéticamente eficientes, para conseguir un importante ahorro de calor (entre el 30% y el 40%).
En términos prácticos, el plan danés reducirá 50.000 toneladas de CO2 y el consumo de energía en aproximadamente 500 gigavatios hora, lo que corresponde al consumo de calor de
40.000 apartamentos típicos. El plan también tiene implicaciones sociales positivas. Por ejemplo, debido al número de unidades que se están renovando, contribuirá a entregar viviendas «accesibles» (por ejemplo, aptas para personas mayores) a un tercio del precio habitual. Además, permitirá reincorporar al mercado laboral a miles de trabajadores y aprendices del sector de la construcción.
La Fundación para la Promoción de la Vivienda de Bajo Costo (FUPROVI) fue creada como resultado de los esfuerzos del gobierno costarricense y de la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional (ASDI) para llevar nuevas herramientas de vivienda a las poblaciones de bajos ingresos.
FUPROVI representó un nuevo modelo de ONG que desempeñaría un papel novedoso en los esfuerzos de mejora de la vivienda de los hogares de bajos ingresos, sirviendo de enlace tanto con los grupos de bajos ingresos como con las agencias gubernamentales de vivienda. La agencia sirvió como una de las «Entidades Autorizadas» que administran el subsidio nacional de vivienda, combinando las funciones de asegurador ad-hoc para los préstamos, intermediario financiero para el subsidio, y facilitador y asesor técnico en el proceso de construcción de viviendas.
Un complemento interesante es el programa nacional español de rehabilitación energética de edificios -Programa de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE)-, con un presupuesto de 300 millones de euros, que destina fondos a viviendas públicas y comunidades de energía. Un aspecto importante del PREE, además de sus efectos positivos en la mejora de la eficiencia energética y el medio ambiente, es su alcance social: se presta especial atención a la rehabilitación en edificios que acogen a colectivos vulnerables afectados por la pobreza energética. En línea con la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024, se conceden ayudas adicionales para la rehabilitación en edificios de viviendas cuyos propietarios hayan obtenido el bono social -el «bono social eléctrico» es un mecanismo público para hacer frente a la pobreza energética-, según se determine en el proceso de selección llevado a cab por las regiones.
La ciudad de Barcelona ofrece subvenciones de hasta el 55% del coste de las renovaciones para la generación de energía solar (tanto para las solicitudes individuales como las presentadas por una comunidad de propietarios), y de hasta el 50% del coste para las mejoras energéticas integrales. El Gobierno español ha aprobado un plan de subvenciones de 20 millones de euros (22,5 millones de dólares) para apoyar la instalación de capacidad solar fotovoltaica en las Islas Canarias (Solares en Canaria – SolCan). El programa SolCan para 2020 prevé repartir los fondos públicos entre proyectos que pueden aportar 150 MW de energía fotovoltaica al archipiélago, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.